El RBS advierte que el crédito de China está por estallar
7 de diciembre – Los alarmantes pronósticos sobre la verdadera extensión de la burbuja crediticia de China se están materializando en mecanismos diseñados para protegerse frente al riesgo de un incumplimiento de pago de deuda pública, luego de que el Royal Bank of Scotland (Banco Real de Escocia, RBS) recomendara a sus clientes obtener protección contra dicho riesgo en China como uno de los principales consejos comerciales para el próximo año.
“Muchos ven el ajuste monetario de China como un toque de precaución en los frenos, un alerta ante las consabidas reverencias económicas. Nosotros lo vemos como la hora de la verdad reactiva y potencialmente más malévola”, sentenció Tim Ash, director de Marketing del banco, según comentarios reproducidos en The Guardian. El banco mencionado advierte que el gobierno chino deberá pinchar la burbuja crediticia antes de que la inflación alcance niveles que amenacen la estabilidad social.
Las estadísticas oficiales presentadas por Beijing indican que la inflación fue del 4,4% en octubre, y puede haber ascendido al 5% en noviembre. Sin embargo, estos datos no se condicen con la economía cotidiana, que presenta un aumento en el costo de las verduras de un 20% en los últimos 30 días.
El banco recomienda permutas de incumplimiento crediticio sobre la deuda china a cinco años, lo cual no representa una predicción de que China incumplirá, sino que es un seguro frente al riesgo de un aterrizaje forzoso, situación que tendría graves implicancias en toda Asia.
El periódico citó a Diana Choyleva, de Lombard Street Research, quien expresó que la oferta monetaria de China se incrementó a un ritmo del 40% en 2009 y la primera mitad de 2010, al tiempo que Beijing mantuvo la presión de un auge crediticio con el fin de sostener el crecimiento, pero los costos de esta política ahora son mayores que los beneficios. Los expertos opinan que la economía china podría estar ingresando en un ciclo depresivo de estagflación, en el que el impulso del crédito se filtra en la especulación y en las espirales de precios, incluso al tiempo que el crecimiento disminuye. El excedente se está transfiriendo a las propiedades, y existe un intenso debate respecto de si China ha logrado o no superar la burbuja subprime de los Estados Unidos, o incluso alcanzar el frenesí de Tokio de finales de la década de 1980. La posición del Fondo Monetario Internacional elude las dos opiniones y ha dado consejos en favor de Beijing al sugerir que no existe una relevante burbuja de activos inmobiliarios que genere preocupación, pero los precios de los inmuebles en Shenzhen, Shanghái, Beijing y Nankín parecen “cada vez más desconectados de los factores fundamentales”.
Sin embargo, los precios de los bienes raíces son 22 veces superiores al ingreso disponible en Beijing y 18 veces, en Shenzhen, en comparación con las 8 veces en que superan al ingreso disponible en Tokio. La burbuja estadounidense llegó a un pico de 6,4 y, desde entonces, ha descendido a 4,7. La proporción de precios para rentar en las ciudades del este chino se ha incrementado en más del 200% desde 2004. El FMI comunicó que las ventas de tierras configuran el 30% de las ganancias del gobierno local de Beijing. Estos datos tienen reminiscencias de Irlanda, en donde los impuestos a la propiedad con “buen tiempo” disfrazaron la erosión de las finanzas estatales.
Choyleva expresó que China sacó una conclusión errónea de la crisis crediticia global de que su economía aniquila el libre mercado, obviando ver que los hechos de 2008-2009 también le causaron un gran daño al país, aunque fue diferente. Cerró las puertas a las estrategias de exportación mercantilistas que dependen de préstamos baratos, una moneda barata y de la voluntad de Occidente de tolerar el comercio depredador.
“China intenta continuar con el juego como si nada hubiera sucedido, pero no puede hacerlo. No se anima a incrementar las tasas lo suficientemente rápido como para permitir una fuga de aire de la burbuja porque esto dejaría expuestas las deudas en mora del sistema bancario. Parece que la máquina de crecimiento de China continuará funcionando en la mente de las personas aun mucho después de que no cuente con medios visibles de apoyo. El ritmo de crecimiento potencial chino bien podría verse reducido al 5% esta década”, sentenció Choyleva.
Fitch Ratings ha finalizado un estudio en conjunto con Oxford Economics sobre qué sucedería si China realmente se redujera a un 5% o menos el próximo año. Fitch indicó que el crédito privado se ha incrementado a un 148% del PBI, en comparación con la media del 41% de los mercados emergentes, y que la verdadera escala de los préstamos a gobiernos locales y entidades estatales ha sido disfrazada.
El resultado de tal aterrizaje forzoso sería una caída del 20% en los precios globales de los productos básicos, una ampliación de 100 puntos básicos de diferenciales sobre deuda de mercados emergentes, una caída del 25% en los mercados de valores asiáticos, una caída en el crecimiento de Asia emergente de 2,6 puntos porcentuales y un riesgo de que la política tóxica podría incluso empeorar la situación.
Albert Edwards, de Société Générale, también ha declarado que los indicadores líderes de la OCDE señalan un “bajón” para los cinco grandes de Asia (Japón, Corea del Sur, China, India e Indonesia). El indicador de China, elaborado por la Oficina Nacional de Estadísticas de Beijing, ha caído casi tanto como al comienzo del colapso económico de 2008.
“Sigo convencido de que estamos siendo testigos de una burbuja de proporciones épicas que, al explotar, encontrará desprevenidos a los inversores al igual que en la explosión de las burbujas asiáticas de mediados de los noventa. Ignoren estos indicadores por su cuenta y riesgo”, expresó Edwards.
Sin embargo, China podría usar la inflación como una manera cruda de dominar los excedentes de exportación del país y, de ese modo, resolver el desequilibrio comercial clave que se encontraba detrás de la crisis crediticia global. Los datos que indican que la población china continúa envejeciendo no ayudan, y es posible que el país pueda, eventualmente, tocar el “punto de inflexión de Lewis”, que recibió su nombre por el economista Arthur Lewis, ganador del Nobel. Es el momento para cada economía en recuperación en que la oferta de trabajo barato del campo sufre un retroceso, lo que conlleva un incremento de los salarios industriales. Esto ha sucedido, sin dudas, en todo el país y se espera que lleve a una duplicación del salario mínimo en los próximos cinco años.
El problema de China es que este proceso se da justo cuando las consecuencias del envejecimiento de la población están comenzando a notarse. La cantidad de trabajadores se reducirá en términos absolutos dentro de los próximos cuatro años. La sociedad china, entonces, podría experimentar un marcado declive demográfico. A diferencia de Japón, envejecerá antes de haber generado un colchón de riqueza.
En caso de que exista un aterrizaje forzoso en 2011, las reservas chinas de USD 2,6 billones, o de más de USD 3 billones si se cuentan en su totalidad, podrían no ser de mucha ayuda. El profesor Michael Pettis, de la Universidad de Pekín, explica que el dinero no puede utilizarse internamente en la economía. Si bien este fondo le ofrece a China una protección externa, Pettis subraya que las únicas otras oportunidades del último siglo en las que un país acumuló reservas equivalentes al 5% o 6% del PBI global fueron el caso de los Estados Unidos en los veinte y el de Japón en los ochenta. Ambas circunstancias desembocaron en catástrofes financieras. China insiste en que ha estudiado el incidente japonés de cerca y no repetirá los mismos errores, aunque existe una mezcla de deseo político por demostrar las fallas del sistema capitalista en el tratamiento de los temas en boga que puede descarrilar el crecimiento de China. En caso de que no sea así, la frase “con características chinas” tendrá consecuencias trascendentales para los economistas políticos en su búsqueda por establecer la solución china como el “camino intermedio”. Pero muchos se están poniendo cada vez más nerviosos respecto de que China haya exagerado su papel, sus estadísticas sean incorrectas y una ceguera internalizada de datos económicos y hechos reales puedan terminar siendo cada vez más difíciles de manejar.
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